Existen obligaciones concretas que un abogado tiene con su cliente
cuando se contratan sus servicios, estas obligaciones se encuentran
contempladas claramente en la ley, mientras que otras se desprenden de la ética
profesional, del respeto a la dignidad de la persona y de los valores
universales. Tanto el abogado como su cliente deben tenerlas presente en todo
momento, ya que algunas obligaciones no terminan cuando se finaliza el proceso,
entre las principales encontramos las siguientes:
SECRETO
PROFESIONAL
Cualquier persona que haya obtenido un título universitario tiene la
obligación de guardar el secreto profesional, según establece el artículo 36 de
la Ley de Profesiones; por consiguiente, la mayoría de la gente considera que
los abogados son depositarios de confianza y discreción, ya que por las
características propias de la disciplina que ejercen, casi siempre reciben
información confidencial relacionada con problemas muy particulares o delicados
de sus clientes. El abogado, estará consciente de ello antes, durante y aun
terminada su intervención, además de que tanto socios, pasantes, colaboradores
y empleados de su despacho también deben guardar el secreto profesional.
Sin embargo existen excepciones, al deber de guardar el secreto
profesional, pero de ninguna forma el abogado podrá exigirte retribución alguna
para mantener dicha secrecía, y si has prescindido de sus servicios tampoco puede
proporcionar datos a la contraparte que perjudiquen el fallo de tu proceso.
HONORARIOS ADECUADOS
Cuando contratas los servicios de un abogado, por lo regular es él
quien establece la cuantía de sus honorarios, para que un abogado fije sus honorarios en
forma equitativa y apropiada, es necesario que considere además del trabajo
realizado y la responsabilidad que el mismo implique, diversos factores como
los siguientes:
a) La cuantía e importancia del asunto.
b) La novedad o dificultad del contenido jurídico que se ha debatido.
c) La capacidad económica del cliente, así como la experiencia,
reputación y especialidad del abogado.
d) Si los servicios que presta dicho profesional son aislados o
constantes.
e) El tiempo empleado en el patrocinio.
f) El grado de participación en el estudio, planteamiento y desarrollo
del asunto, así como el del éxito alcanzado y su trascendencia.
Como cliente tienes derecho a saber claramente desde el inicio los
honorarios del abogado, y cualquier aumento en los mismos debe ser
perfectamente justificado y aclarado.
LEALTAD HACIA EL CLIENTE
La lealtad está basada en los valores de justicia, verdad y honradez
Es obvio que quien contrata los servicios de un abogado necesita
sentir que éste le será fiel desde el principio, que no lo va a abandonar o
traicionar, y que siempre utilizará toda su imaginación, creatividad e
inteligencia para contrarrestar los argumentos del litigante opositor.
ABSTENCIÓN DEL USO DE RECURSOS IMPROCEDENTES
Los abogados son profesionales que dominan el manejo técnico de los procedimientos
judiciales, los cuales representan los instrumentos necesarios para probar
razonamientos y convencer a un juez sobre determinado asunto. El “chicanero”
entorpece la verdad, hace lentos los juicios y propicia la injusticia y la
seguridad jurídica. Contrario al fomento de los litigios, actualmente se
procura conciliar a las contrapartes a través de la mediación, el arbitraje y
la transacción. De esta manera, por medio de un convenio o contrato de
transacción, se evitan litigios que la mayoría de las veces resultan largos,
desgastantes y costosos.
AMPLIAR Y ACTUALIZAR LOS CONOCIMIENTOS
El verdadero profesional, vive la necesidad y siente la obligación de
ampliar sus conocimientos y actualizarlos. El estudio constante, el aprendizaje
diario y comprometido, así como la actualización cotidiana, representan
factores importantes y necesarios de todo profesional para brindar servicios de calidad y acorde a las
necesidades del cliente.